Se acabó el verano y vuelven a bajar las temperaturas, aunque en este caso bajan más de la cuenta. Frostpunk 2, es la secuela del juego de gestión y supervivencia de 11 bit studios, que vuelve a asignarnos la dura tarea de liderar a New London, treinta años después de los eventos del juego original. El mundo sigue envuelto en un frío extremo y, aunque la sociedad ha sobrevivido, su situación sigue siendo precaria. Al asumir el mando de una ciudad mucho más grande, el desafío de equilibrar la supervivencia, la política y la moralidad se vuelve más complejo, en un juego donde las decisiones difíciles están a la orden del día.
Frostpunk 2 y su expansión a gran escala
Esta secuela se presenta en una escala mucho mayor que su antecesor. Durante la primera entrega llegamos a manejar a bastante gente, pero en Frostpunk 2 directamente comenzamos con una población diez veces mayor. Esto nos lleva a tener que ser bastante más ambiciosos a la hora de construir ciertas zonas. Por ejemplo, ya no construimos los edificios por separado, sino que creamos distritos enteros, con ciertos huecos a parte para otras estructuras. El diseño de la ciudad, aunque visualmente impresionante con su red de oleoductos y fábricas, se siente más como una proyección a gran escala, como una ciudad más fría (jeje) y distante que como un lugar cerrado y familiar que has creado desde cero.
A diferencia del primer juego, donde cada decisión afectaba el desarrollo tangible de tu pequeña colonia, aquí la sensación de control directo sobre el entorno se diluye. Observamos grandes cambios sin sentir una conexión personal con los detalles. Aunque bien es cierto que podemos negociar y proponer leyes para aprobarlas en el consejo, cada una con sus consecuencias.
Facciones y conflictos internos
El núcleo del juego sigue siendo la gestión social y moral. Las decisiones no solo se limitan a construir y gestionar recursos, sino que deben equilibrarse con las facciones de la ciudad, que tienen sus propios intereses. Al principio, solo hay unas pocas facciones, pero a medida que avanzamos, las decisiones que tomemos podrán crear nuevos grupos con demandas y comportamientos independientes.
Facciones extremistas como los Incondicionales, que abogan por métodos poco éticos, como el control mental o experimentos humanos. Otros, como los Peregrinos, se oponen radicalmente a la tecnología y exigen que apagues el generador que ha mantenido a la humanidad viva durante décadas. Otras en cambio se situarán en un punto medio o se alinearán en parte con unas u otras. Las facciones no solo te desafían, sino que a menudo luchan entre sí, creando aún más conflictos.
La política es uno de los mayores desafíos de Frostpunk 2. Cada ley que se propone debe pasar por una negociación, no solo para ganarse el apoyo de las facciones, sino también para evitar que aumenten las tensiones. Si no mantenemos cierto equilibro, los grupos descontentos pueden volverse hostiles, organizar protestas o incluso tomar el control de partes de la ciudad. Si la cosa se pone muy fea pueden echarnos del poder, lo que conlleva a terminar la partida.
El dilema constante de Frostpunk 2 es si debemos complacer a una facción en detrimento de otra, o adoptar políticas más autoritarias para sofocar los disturbios. Es fácil que a medida que avanzamos entremos en conflictos con nuestra propia moral, aunque a veces sean necesarias medidas extremas.
La gestión, la exploración y las colonias
A nivel de gestión, aunque los detalles de asignar trabajadores a cada edificio se han simplificado, sigue siendo necesario gestionar los recursos de manera eficiente. Los distritos pueden ajustarse para optimizar la producción, pero el verdadero reto está en cómo gestionar el equilibrio entre las necesidades de los ciudadanos y las facciones.
La exploración sigue siendo un componente clave, enviar expediciones al páramo en busca de recursos, asentamientos abandonados y posibles colonias es vital para nuestra supervivencia.
El sistema de colonización añade una capa extra de complejidad. Estas colonias pueden conectarse a nuestra ciudad inicial para compartir recursos. Sin embargo, esto también genera más complicaciones, ya que cada colonia tiene sus propias necesidades y demandas políticas, por lo que podemos perderlas si no las gestionamos adecuadamente.
Apartado técnico
El juego cuenta con un apartado técnico sólido. Gráficamente hay un salto palpable respecto a la primera entrega, sobre todo a nivel de la calidad de las estructuras y los modelados. Los efectos también son más vistosos, aunque es cierto que hay más cantidad debido precisamente a la mayor escala. La interfaz es parecida en cuanto a configuración, pero diferente en diseño, adoptando colores claros, algo que podemos cambiar en ajustes por tonos oscuros. Destacar que, al ser más ambicioso, tenemos mayor cantidad de interfaz lo que a veces se antoja algo intrusiva. La banda sonora sigue la estela de la primera entrega, con temas musicales orquestales con tintes nostálgicos o hasta cierto punto esperanzadores.
En cuanto a las opciones de configuración en PC, tenemos bastante variedad. Podemos limitar los FPS, ajustar la calidad del escalado, activar la generación de fotogramas, cambiar la calidad de las texturas, de la niebla y las sombras entre otras. Además, el juego es compatible con resoluciones ultrawide y, al menos durante mis horas de juego, exento de problemas. Un añadido es la opción de conectar nuestra partida con Twitch, permitiendo que el chat sea parte del consejo y vote las leyes propuestas.
Conclusión
En resumen, Frostpunk 2 mantiene la esencia del original, pero con un enfoque mucho más amplio en su escala. Las relaciones internas entre las facciones se vuelven así más complicadas de gestionar, aunque también aumentan las posibilidades. Aunque su mayor tamaño puede hacer que la conexión con la ciudad sea menos íntima, sigue siendo una experiencia intensa, que nos pone continuamente sobre la mesa dilemas morales y decisiones que nos pondrán a prueba. Cada pequeña decisión cuenta, y sus repercusiones pueden determinar nuestro destino. Es un título muy recomendable, sobre todo si has jugado a la primera entrega.
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Gracias a 11 Bit Studios por hacer posible este análisis.
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Hago cosas... Es el vecino el que elige al meme y es el meme el que quiere que sean los vecinos el meme